
La Unión Europea (UE) y el Mercosur relanzarán las negociaciones comerciales en la búsqueda de cerrar, lo antes posible, un tratado de libre comercio. La confirmación del nuevo acercamiento, que se venía comentando en las últimas semanas, fue oficializada ayer durante la reunión que lleva adelante el Grupo Mercado Común (GMC), en Brasilia. La cita formal será el 19 y 20 de octubre, en Río de Janeiro.
El relanzamiento de las negociaciones, tras un año y medio de estancamiento, tiene relación directa con el fracaso de la Ronda de Doha.“En el mejor de los casos, la Ronda de Doha puede llegar a salvarse de aquí a un par de años”, coincidían referentes del bloque local y de la UE, el pasado martes, tras el acto en el que el nuevo jefe de la Delegación de la UE, Gustavo Martín Prada, presentó cartas credenciales ante el vicepresidente Daniel Scioli.
Es por ello que, más allá del éxito o fracaso del multilateralismo impulsado por la Organización Mundial del Comercio (OMC), países y regiones decidieron tomar la iniciativa.
La semana pasada, el parlamento de la UE instó al bloque a cerrar con urgencia el acuerdo con el Mercosur. De hecho, el bloque americano dejó en claro que fueron los representantes del Viejo Continente quienes tomaron la iniciativa para volver a negociar.
“Tengo un cauteloso optimismo”, resumió el subsecretario de Integración, Eduardo Sigal, desde Brasilia, donde participa de la reunión del GMC.
En la cita de Río de Janeiro, la delegación de la UE estará presidida por la comisaria de Relaciones Exteriores del bloque, Benita Ferrero Waldner, por lo que se descarta que también asistirán los cancilleres de los cinco países del Mercosur. “Se le quiere dar un fuerte matiz institucional”, señalaron voceros de la UE.
En el escenario pos-Doha, Europa y los Estados Unidos se disputan los distintos mercados mundiales con distintas estrategias: mientras la mayor potencia mundial apuesta por los acuerdos bilaterales, la UE propone una discusión entre bloques que, además de los comercial, implique una integración política y social.
Uno y otro modelo, sin embargo, chocan en el mismo lugar: “El Mercosur es reacio a abrir sus mercados de bienes y servicios y los europeos/norteamericanos protegen a los sectores agropecuarios.
“En este momento todos tienen en claro que no tiene sentido reunirse si no hay movimientos en las posturas de ambas partes”, reflexionaba ayer un vocero de la Cancillería.
La Argentina, dos meses atrás, creó una oficina especialmente dedicada a la relación con la UE. Al frente de la misma está el embajador Eduardo Ablin, un funcionario de perfil técnico, especialista en cuestiones de comercio internacional.
Fuente: Gabriel Butazzoni
Infobae Diario
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